COLUMNA DE OPINIÓN
MORÓN: LA CRISIS DE LOS PARTIDOS PATRONALES Y LA OPORTUNIDAD DE LA IZQUIERDA
Por Juan Manuel Avila*
«La izquierda revolucionaria tiene buenas probabilidades de conseguir el ingreso por primera vez de al menos un concejal en el municipio de Morón. Esto se da en un marco de profunda crisis de los partidos tradicionales oficialistas y opositores, y gracias a una trayectoria de lucha del Frente de Izquierda que hoy se expresa como un bloque político que puede atraer a quienes ven el colapso de los oficialistas municipales y nacionales.
*La interna peronista: un escudo de cartón*
En Morón gobierna el peronismo, y precisamente aquí la interna que recorrió a toda la provincia y escaló a niveles inéditos. Frente a un panorama electoral oscuro y la desesperación por cargos y cajas, al cierre de listas el peronismo no presentó una sola opción sino ¡tres!: Lucas Ghi, actual intendente, encabezó el kicillofismo con el Movimiento Derecho al Futuro; Sabbatella recicló Nuevo Encuentro bajo el sello “Nuevo Morón”; y una tercera lista combinó figuras de ambos espacios junto al massismo, el Movimiento Evita y sectores sindicales.
La posterior unificación pretende evitar una derrota segura, pero dejó en evidencia la irresponsabilidad de arriesgar el municipio y entregárselo a La Libertad Avanza solo por la pelea de aparatos.
Esta crisis no es un hecho aislado, sino parte de la trayectoria del peronismo en Morón. En los 90 protagonizó los escándalos de Juan Carlos Rousselot, ligado a Mauricio Macri por obras inconclusas. En ese vacío surgió Nuevo Encuentro con un discurso vecinalista y «transparente», aunque hacia 2011 terminó integrado al Frente para la Victoria. Hoy la gestión de Lucas Ghi muestra una derechización rampante: no participa de las luchas contra Milei ni se diferencia en el ajuste local, pero lo distintivo es la integración de su gabinete con sectores reaccionarios, sobre todo en seguridad.
Allí puso al mando a Damián Cardoso, exdiputado provincial del PRO y socio de Ariel Diwan (referente local de La Libertad Avanza) en la ONG Control Ciudadano; como subsecretario a Ariel Stella, del Frente Renovador, que se jacta de “limpiar la calle” de personas sin techo; y más recientemente sumó a Oscar Álvarez y su “Vertiente Morón”, un armado que proviene de Juntos por el Cambio. ¿Quién es Álvarez? Nada menos que el presidente del Concejo Deliberante en tiempos de Rousselot. El círculo se completa.
La vuelta de Sabbatella tampoco supone un cambio de rumbo: es apenas otra disputa por cargos y cajas, con apoyos de burócratas sindicales como Darío Silva, de ATE, recordado por patotear a despedidos del Hospital Posadas. Lejos de ser una fuerza progresista, el peronismo moronense aparece como un escudo de cartón hecho de resabios derechistas y aparatos burocráticos, y como correa de transmisión del ajuste mileísta.
*La crisis nacional repercute en Morón*
Los escándalos de corrupción y la situación económica han golpeado duramente al gobierno de Milei, con repudios a sus giras de candidatos y un crecimiento sostenido de la imagen negativa.
En Morón, La Libertad Avanza también muestra sus pies de barro: su armado de 2023 fingió una renovación, pero en realidad estaba integrado por dueños de inmobiliarias y defensores de intereses patronales beneficiados históricamente por todos los gobiernos. A pesar de haber recibido luego el refuerzo de figuras del bullrrichismo y concejales de Juntos por el Cambio, sus contradicciones no han tardado en erosionar este rejunte arribista.
La más reciente demostración de su endeblez lo refleja el concejal Ariel Aguilera, que el 25 de agosto rompió con el bloque de La Libertad Avanza presentando una carta en la que afirma que “a los moronenses que me votaron por la alianza LLA quiero decirles que el espíritu del 2023 se ha diluido y nada queda de esa unión outsider que marcó una elección épica».
De esta manera, La Libertad Avanza se muestra incapaz de aprovechar la crisis interna del peronismo: en primer lugar, por su papel nefasto a nivel nacional con su política de ajuste; en segundo lugar por la crisis abierta ante las acusaciones de corrupción; y por último, por una propia crisis interna expresada en entradas y salidas de sus bloques de concejales en términos meramente oportunistas.
*La oportunidad de la izquierda*
Ante este panorama, el Frente de Izquierda aparece como alternativa. En 2021 estuvo a menos de 100 votos de ingresar al Concejo Deliberante, y hoy se postula con candidatos que han participado de todas las luchas de la etapa: docentes combativos, trabajadores de la salud, jubilados y jóvenes organizados, como Veri Monje, presidenta del Centro de Estudiantes del Conservatorio Alberto Ginastera.
La campaña se apoya en la acción real: movilizaciones de jubilados, asambleas en hospitales como el Garrahan, defensa de fábricas ocupadas como Morvillo y luchas contra despidos. Ese es el capital político de la izquierda: ser quienes enfrentan el ajuste tanto de Milei como de Kicillof, que paga salarios de miseria y persigue a la docencia combativa.
Un ingreso al Concejo será una herramienta para fortalecer estas peleas: denunciar la trama de narcos, policías y políticos evidenciada con el asesinato de Franco Vera; reclamar un verdadero Centro Integral para la Mujer; y defender el derecho a la vivienda en un distrito golpeado por aumentos de alquileres muy por encima de la media. La conquista de una concejalía no significa lograr de inmediato estas reivindicaciones, pero sí contar con una tribuna política para convocar a las trabajadoras y trabajadores moronenses a ponerse en pie de lucha por ellas.
Nuestro programa local plantea en seguridad el desmantelamiento de la Bonaerense, la creación de un cuerpo de seguridad bajo control vecinal y de organismos de DD.HH, y la apertura de los libros de las comisarías para auditar su relación con el narcotráfico. En salud, exigimos más presupuesto contra el desfinanciamiento del Hospital de Morón y la reincorporación de los despedidos. En educación, un relevamiento edilicio con participación de la comunidad educativa y el rechazo al cierre de cursos, sumando el reclamo provincial por presupuesto y salario docente. En vivienda, impulsamos un plan municipal de viviendas populares en tierras ociosas y edificios vacíos, financiado en parte con un impuesto progresivo a las propiedades ociosas de grandes tenedores, para atender la necesidad de 100.000 hogares. En el plano laboral, planteamos el pase a planta de los trabajadores municipales con un salario igual a la canasta familiar.
El terreno está abierto. De nosotros depende reforzar la campaña en cada barrio, escuela y plaza de Morón. Convocamos a todo el activismo a apoyar al Frente de Izquierda y a sumarse a fiscalizar en defensa del único voto útil contra los ajustadores.»
*Juan Manuel Avila, tercer candidato a concejal por el espacio ALIANZA FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES – UNIDAD.
AVILA es moronense, referente del Partido Obrero. Profesor de literatura y prácticas del lenguaje en varias escuelas del distrito, y delegado de SUTEBA en una de ellas.

Juan Manuel Ávila
Elcondordemoron