CASTELAR: LAS PASCUAS Y LA EMOTIVA CELEBRACIÓN DEL HOGAR DE ABUELOS Y ABUELAS
DR. OVANDO Y LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE POMPEYA

 

Equipo del hogar Ovando, Juan Manuel Cagnone, junto a Gustavo Ovando en la procesión

En extenso patio del Hogar, un lugar perfecto para la celebración

La procesión por las calles de Castelar

Como todos los años, el Hogar Dr. Ovando @ovandohogar cuyo titular es Gustavo Ovando, participa activamente en las actividades y conmemoraciones de Pascuas a cargo de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Pompeya. Tras una emotiva y multitudinaria convocatoria se llevó a cabo la representación por las calles céntricas de Castelar del Vía Crucis con la participación de vecinos, vecinas, niños y adultos.

El Jueves Santo, se conmemoró la Última Cena del Señor en la cual realizó el lavado de pies de sus discípulos. Y en la oportunidad participaron dos abuelos de la institución «en la cual tomaron el lugar de los discípulos, realizándoles el párroco el lavado de pies.»

El viernes 18 se llevó a cabo la representación por las calles céntricas de Castelar del Vía Crucis, en el cual el Hogar del Dr. Ovando fué una de las estaciones del camino.

Juan Manuel Cagnone, integrante del equipo Ovando y perteneciente a la comunidad palotina nos contó en primera persona como se desarrolló este festejo tan especial:

«Estuvimos conmemorando junto con la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, la parroquia de Castelar, y de la cual nosotros somos feligreses, la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, compartiendo junto con los demás fieles, el camino de la cruz, el famoso Vía Crucis, en el cual justamente se recuerdan cada una de las estaciones o de los momentos que ocurrieron durante ese evento, durante la pasión justamente de Jesús, que lo terminan llevando a su crucifixión. Fue un momento sumamente emotivo. A nosotros nos tocó como institución recibir la tercera y la cuarta estación de este camino, que inició en la puerta de la parroquia.

Allí los recibimos a los fieles, al párroco, a las catequistas, quienes ingresaron niños, adultos, ancianos, con sus velitas, con sus pancartas y obviamente con la cruz. Los abuelos y abuelos y toda la comunidad del hogar Ovando estaban en ronda, todos visiblemente emocionados, dado que muchos de ellos son muy fieles, muy creyentes, y esperan estas fechas con mucha fe y con mucha esperanza.

Una vez en el patio principal, se rezaron las oraciones correspondientes, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria, se leyeron las reflexiones que despertaron cada una de estas escenas, y los abuelos tuvieron la oportunidad de besar el crucifijo que portaba el Padre Charles, el párroco de la parroquia, quien fue acercándose a cada uno de los abuelos para darles esta posibilidad.

Se escucharon algunas canciones, y la procesión continuó, saliendo de la institución, acompañada por todos los presentes y algunos abuelos que decidieron acompañar.

Luego se continuó por las calles de Castelar con el recorrido establecido,
hasta llegar al Ateneo del colegio Palotti, para ya ingresar al predio y dar por finalizado el Vía Crucis. Y volvimos al templo para seguir compartiendo la conmemoración.

Allí se realizó la celebración, se leyeron las lecturas, los evangelios, la pasión de Cristo, y compartimos la comunión.

Un momento especial fue escuchar el mensaje y las palabras del párroco Charles, que invita a ser miembros de una iglesia en comunión, compartiendo con nuestros prójimos, siendo agentes de amor, de esperanza para los demás, para aquellos que más lo necesitan…

Fué un día muy solemne, de mucha introspección, de silencio, muchas veces de tristeza, porque los recuerdos a los que nos retrotrae esta celebración puede ser muchas veces fuertes, tristes…es un día para reflexionar sobre todas las cosas, y a eso nos invitaba el padre Charles: a pensar qué es lo que queremos transmitir a nuestros prójimos, a las personas que nos rodean, qué es lo que le queremos llevar a las personas que nos rodean. Charles hablaba de la entrega de Cristo, y de cómo eso debería ser ejemplo para nosotros. Mencionaba que Jesús muere, se entrega y muere de brazos abiertos, a corazón descubierto, y esa es un poco la imagen que nos quería dejar, llamándonos a ser justamente agentes de entrega al prójimo, de no guardarnos nada, y de dar a los demás todo aquello que nosotros podamos brindarles.

Por último, fue una jornada sumamente especial por lo que dejó y generó más que nada en los abuelos que tuvieron la oportunidad de recibir esta procesión: para ellos es no sólo un honor, en tanto que Jesús es la iglesia a la que se acerca e ingresa en el hogar de ellos, sino también de mucha emoción por poder compartir con tanta gente en comunidad un día tan importante: es el día en el que se recuerda el misterio más grande de la FE cristiana, y para los abuelos que viven en nuestra institución y que son el 99% muy religiosos, es realmente una alegría inmensa poder tener esta visita y poder compartir este momento con creyentes como ellos, con compañeros de fe, con prójimos así como son ellos.»

 

@ovandohogar

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